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Las formas del estar

Cuando el afuera se clausura, las puertas se abren y la mesa se comparte. Adentro, experimentamos una resignificación en la dinámica familiar y evidenciamos el trabajo doméstico no reconocido, en su mayoría, encargado a las mujeres del hogar. El cuidado se reproduce generación tras generación y se centra en la persona más vulnerable.

Vamos descubriendo y aprendiendo sobre los que nos rodean. Las conversaciones sin sentido, los almuerzos compartidos y el acompañamiento permanente constituyen nuestras formas de estar. En tiempos de crisis, la fórmula es pisar fuerte y adaptarse al cambio.

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Las maneras del hacer

La estructura de lo cotidiano ha mutado. El riesgo se cristaliza en nuevos elementos que hemos incorporado en los modos de hacer en casa: las noticias no son buenas, el miedo al futuro incierto moldea nuestros hábitos y protegernos es una regla implícita frente al peligro que nos mantiene alertas.

Hemos abandonado lugares y empezado a apropiarnos de otros que siempre estuvieron ahí. El pasar de los días se siente de forma diferente, es como estar suspendidos en una pausa continua y reiterar las rutinas hasta normalizarlas.

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Los modos del ser

La casa se ha convertido en el universo personal. Desde aquí establecemos nuestra mirada y representamos nuestros modos de ser. Los objetos y espacios nos dan sentido. La identidad se construye, también, en relación con el otro. Todos los elementos forman parte de nuestra biografía.

Nos pensamos en un tiempo continuo, mientras vemos hacia atrás añorando las libertades de un tiempo pasado. Simultáneamente, observamos el futuro con miedo e incertidumbre. Esta tensión influye en la construcción de nuestro ser, así como en la forma en que nos proyectamos. Nos reconocemos sujetos del discurso que enunciamos.

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Después de casi cuatro meses de cuarentena en el Perú, el número de muertes por COVID-19 crece día a día. Al mes de julio del 2020, las cifras superan las 19,021 víctimas mortales y vivimos un difícil panorama político, económico y social. La incertidumbre del rumbo que tomará la pandemia en nuestro país, es nuestra única certeza. El riesgo permanece y es particularmente feroz con quienes sufren directamente las inequidades del sistema. Desde el inicio, la fórmula para combatirlo fue el aislamiento social obligatorio que el gobierno decretó a mediados de marzo. Sin embargo, esto no fue suficiente en un país donde la gran mayoría vive del día a día y donde el empleo es escaso y esquivo. La pandemia, como otras catástrofes recurrentes en el Perú, vuelve a poner en evidencia la urgencia de cambios estructurales para una convivencia justa y un Estado y ciudadanía organizados para construirnos como nación.

En medio de este panorama, nos encontramos 15 estudiantes de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación, de la Pontificia Universidad Católica del Perú, en el marco del curso Fotografía Documental. Conscientes del privilegio, compartiendo la conmoción y en restricción por los peligros de la pandemia, nos aventuramos en la construcción de relatos visuales desde lo cotidiano que recogen las tensiones del discurso documental entre lo objetivo y lo subjetivo. Las historias que aquí desplegamos se construyen a partir de una mirada consciente de la enfermedad y del riesgo -pero, aun así- posibles de ser gestionadas desde el lugar de la protección. La casa se volvió el espacio de nuestra interacción primordial, contenedora de miedos, angustias y afectos; pero también el territorio que convoca a ser fotografiado.

El sentido de hogar se constituye transversalmente a partir de nuestras experiencias, dando paso a un proceso de construcción social de la realidad a través de las formas del estar, las maneras del hacer y los modos del ser. Así, este proyecto contribuye con el imaginario visual y las memorias compartidas que nos deja la pandemia. En ese sentido, te invitamos a entrar a nuestros hogares y recorrer "Casa cerrada, ojos abiertos. La vida cotidiana en cuarentena."

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Casa Cerrada, Ojos Abiertos

La vida cotidiana en cuarentena

Proyecto colectivo de fotografía documental

Después de casi cuatro meses de cuarentena en el Perú, el número de muertes por COVID-19 crece día a día. Al mes de julio del 2020, las cifras superan las 19,021 víctimas mortales y vivimos un difícil panorama político, económico y social. La incertidumbre del rumbo que tomará la pandemia en nuestro país, es nuestra única certeza. El riesgo permanece y es particularmente feroz con quienes sufren directamente las inequidades del sistema. Desde el inicio, la fórmula para combatirlo fue el aislamiento social obligatorio que el gobierno decretó a mediados de marzo. Sin embargo, esto no fue suficiente en un país donde la gran mayoría vive del día a día y donde el empleo es escaso y esquivo. La pandemia, como otras catástrofes recurrentes en el Perú, vuelve a poner en evidencia la urgencia de cambios estructurales para una convivencia justa y un Estado y ciudadanía organizados para construirnos como nación.

En medio de este panorama, nos encontramos 15 estudiantes de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación, de la Pontificia Universidad Católica del Perú, en el marco del curso Fotografía Documental. Conscientes del privilegio, compartiendo la conmoción y en restricción por los peligros de la pandemia, nos aventuramos en la construcción de relatos visuales desde lo cotidiano que recogen las tensiones del discurso documental entre lo objetivo y lo subjetivo. Las historias que aquí desplegamos se construyen a partir de una mirada consciente de la enfermedad y del riesgo -pero, aun así- posibles de ser gestionadas desde el lugar de la protección. La casa se volvió el espacio de nuestra interacción primordial, contenedora de miedos, angustias y afectos; pero también el territorio que convoca a ser fotografiado.

El sentido de hogar se constituye transversalmente a partir de nuestras experiencias, dando paso a un proceso de construcción social de la realidad a través de las formas del estar, las maneras del hacer y los modos del ser. Así, este proyecto contribuye con el imaginario visual y las memorias compartidas que nos deja la pandemia. En ese sentido, te invitamos a entrar a nuestros hogares y recorrer "Casa cerrada, ojos abiertos. La vida cotidiana en cuarentena."

Lima, Perú, julio del 2020